La mesoterapia se ha consolidado como una de las técnicas más versátiles en el campo de la medicina estética actual. Este procedimiento mínimamente invasivo, que consiste en la administración de sustancias terapéuticas mediante microinyecciones superficiales, ofrece resultados notables en el tratamiento de diversas afecciones estéticas. Su popularidad radica en su eficacia para tratar desde la celulitis y la adiposidad localizada hasta el envejecimiento cutáneo, con mínimas molestias y sin tiempo de recuperación. La combinación de principios activos personalizados, junto con la precisión en su aplicación, hacen de la mesoterapia una alternativa ideal para quienes buscan resultados visibles sin recurrir a procedimientos quirúrgicos más agresivos.
Fundamentos científicos de la mesoterapia en medicina estética
La mesoterapia se fundamenta en principios científicos sólidos que explican su eficacia terapéutica. Esta técnica se basa en la aplicación directa de sustancias activas en la capa mesodérmica de la piel, permitiendo que los ingredientes actúen directamente en el área problemática. El principio fundamental es la "acción mesodérmica directa", que postula que la administración de sustancias terapéuticas en proximidad inmediata a un tejido afectado maximiza su efecto y minimiza los efectos sistémicos. Este enfoque localizado permite utilizar dosis menores de principios activos mientras se obtienen resultados óptimos, reduciendo significativamente los efectos secundarios asociados a tratamientos sistémicos equivalentes.
Los estudios científicos han demostrado que la mesoterapia estimula diversos procesos biológicos a nivel local, incluyendo la microcirculación, el drenaje linfático y el metabolismo celular. La evidencia indica que las microinyecciones provocan un microtrauma controlado que desencadena respuestas regenerativas naturales en los tejidos. Este proceso no solo mejora la absorción de las sustancias administradas, sino que también promueve la síntesis de colágeno y elastina, componentes esenciales para mantener la elasticidad y firmeza de la piel.
La mesoterapia representa un avance significativo en la medicina estética al proporcionar resultados visibles mediante un abordaje mínimamente invasivo, respetando la fisiología natural de los tejidos tratados.
Principios activos farmacológicos utilizados en el cóctel mesoterápico
Los cócteles mesoterápicos constituyen mezclas personalizadas de principios activos farmacológicos diseñados para abordar problemas estéticos específicos. Estas formulaciones varían según la indicación terapéutica y pueden incluir una amplia gama de componentes. Entre los ingredientes más comúnmente utilizados se encuentran:
- Agentes lipolíticos (fosfatidilcolina, desoxicolato de sodio, L-carnitina) para descomponer grasas.
- Vitaminas hidrosolubles del complejo B que favorecen el metabolismo celular.
- Hialuronidasa para mejorar la difusión de otros principios activos.
- Oligoelementos como zinc, cobre y magnesio que actúan como cofactores enzimáticos.
- Aminoácidos esenciales que promueven la regeneración tisular.
La sinergia entre estos componentes potencia su eficacia terapéutica. Por ejemplo, la combinación de fosfatidilcolina con desoxicolato de sodio ha demostrado ser particularmente efectiva en la reducción de depósitos grasos localizados. Los principios vasoactivos como la pentoxifilina mejoran la microcirculación, facilitando la eliminación de metabolitos y toxinas acumuladas. La selección específica de estos componentes se realiza según el diagnóstico individualizado, permitiendo un enfoque terapéutico personalizado adaptado a las necesidades de cada paciente.
Técnica de pistor: evolución histórica desde 1952
La mesoterapia tiene sus orígenes en 1952, cuando el médico francés Michel Pistor desarrolló esta técnica inicialmente para tratar afecciones dolorosas. Pistor observó que la administración local de pequeñas dosis de procaína producía efectos terapéuticos notables en diversas condiciones, incluidas las vasculares y musculoesqueléticas. Su primera publicación científica sobre el tema apareció en 1958, describiendo lo que denominó como "mesoterapia" (del griego mesos
, que significa "medio" o "intermedio", refiriéndose a la capa mesodérmica donde se aplican las inyecciones).
Desde su concepción inicial, la técnica de Pistor ha experimentado una evolución considerable. En las décadas de 1970 y 1980, se amplió su aplicación al ámbito estético, particularmente para el tratamiento de la celulitis y la adiposidad localizada. La introducción de dispositivos automáticos de inyección en los años 1990 mejoró significativamente la precisión y redujo las molestias asociadas al procedimiento. Durante las últimas dos décadas, los avances en la formulación de cócteles mesoterápicos y el desarrollo de protocolos específicos han expandido enormemente las indicaciones terapéuticas de esta técnica, consolidándola como un pilar fundamental en la medicina estética contemporánea.
Mecanismos de acción a nivel dérmico y subepidérmico
A nivel histológico, la mesoterapia actúa principalmente sobre las capas dérmica y subdérmica de la piel. El mecanismo primario implica la liberación controlada de sustancias bioactivas en proximidad directa a las células diana, creando un reservorio terapéutico local . Los estudios histopatológicos han demostrado que las microinyecciones generan microcanales transitorios que facilitan la penetración de los principios activos a través de la barrera epidérmica, alcanzando las capas más profundas donde ejercen su acción terapéutica.
En el estrato dérmico, las sustancias mesoterápicas estimulan los fibroblastos, células responsables de la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico. Esta bioestimulación resulta en un incremento de la densidad y calidad de la matriz extracelular, mejorando la elasticidad y turgencia cutáneas. Simultáneamente, a nivel subepidérmico, los componentes lipolíticos interactúan con los adipocitos, activando la lipólisis mediante la estimulación de receptores beta-adrenérgicos y la inhibición de la fosfodiesterasa, enzima que degrada el AMPc intracelular.
Efectos metabólicos y vasculares en los tejidos tratados
Los efectos de la mesoterapia sobre el metabolismo tisular son múltiples y complementarios. Los principios activos incorporados en los cócteles mesoterápicos modulan diversas vías metabólicas, optimizando la función celular en los tejidos tratados. Entre los efectos metabólicos más significativos destacan la activación de la lipólisis, la estimulación del metabolismo celular y la inducción de procesos reparativos que favorecen la regeneración tisular.
A nivel vascular, la mesoterapia produce efectos beneficiosos sobre la microcirculación cutánea y subdérmica. Los componentes vasoactivos incrementan el flujo sanguíneo local, mejorando la oxigenación tisular y facilitando la eliminación de catabolitos. Este efecto vascular se potencia por la acción de sustancias como la pentoxifilina, que reduce la viscosidad sanguínea, y el extracto de Ginkgo biloba
, que posee propiedades antioxidantes y venotónicas. La mejoría de la microcirculación resulta particularmente relevante en el tratamiento de la celulitis, condición caracterizada por alteraciones microcirculatorias y drenaje linfático deficiente.
Protocolos técnicos y metodología de aplicación
La efectividad de la mesoterapia depende en gran medida de la precisión en su aplicación técnica. Los protocolos actuales se han refinado considerablemente desde los primeros procedimientos desarrollados por Pistor, incorporando avances tanto en la metodología de administración como en los dispositivos utilizados. La estandarización de estos protocolos ha contribuido significativamente a optimizar los resultados y minimizar las complicaciones asociadas al procedimiento. Cada protocolo se diseña considerando múltiples variables, incluyendo las características anatómicas del área a tratar, la profundidad de infiltración requerida y la naturaleza de los principios activos administrados.
La frecuencia y el número total de sesiones constituyen aspectos fundamentales de los protocolos mesoterápicos. Generalmente, se recomiendan entre 4 y 10 sesiones, espaciadas en intervalos de 1 a 2 semanas durante la fase inicial del tratamiento. Posteriormente, se establecen sesiones de mantenimiento con una periodicidad más espaciada, adaptada a los requerimientos específicos de cada caso. Este enfoque secuencial permite una acumulación progresiva de los efectos terapéuticos, maximizando la eficacia del tratamiento a largo plazo .
Técnica nappage vs. técnica de papula: análisis comparativo
Dentro del arsenal técnico de la mesoterapia, destacan dos modalidades principales: la técnica nappage y la técnica de pápula. La técnica nappage, también denominada "en lluvia", consiste en la administración de múltiples microinyecciones superficiales, realizadas en rápida sucesión y con un ángulo de 30-45 grados respecto a la superficie cutánea. Esta modalidad permite tratar áreas extensas de forma homogénea, resultando ideal para indicaciones como el rejuvenecimiento facial o el tratamiento de la celulitis en estadios iniciales.
Por contraste, la técnica de pápula implica la formación de pequeños habones intradérmicos mediante la inyección de volúmenes ligeramente mayores (0,05-0,2 ml) a mayor profundidad. La ventaja principal de esta modalidad radica en la creación de un depósito terapéutico que permite una liberación sostenida de los principios activos. Estudios comparativos han demostrado que la técnica de pápula resulta superior en el tratamiento de adiposidades localizadas y celulitis avanzada, mientras que la técnica nappage ofrece mejores resultados en procedimientos de bioestimulación y revitalización cutánea.
Técnica | Profundidad | Volumen por punto | Indicaciones principales |
---|---|---|---|
Nappage | 1-2 mm | 0,01-0,05 ml | Rejuvenecimiento, revitalización, flacidez leve |
Pápula | 2-4 mm | 0,05-0,2 ml | Adiposidad localizada, celulitis avanzada |
Pistolas automáticas y dispositivos DHN para la aplicación precisa
La tecnología ha revolucionado la aplicación de la mesoterapia mediante el desarrollo de dispositivos avanzados que optimizan la precisión y reducen las molestias asociadas al procedimiento. Las pistolas automáticas representan un avance significativo, permitiendo estandarizar parámetros como la profundidad, el volumen inyectado y la velocidad de administración. Estos dispositivos incorporan sistemas de control electrónico que garantizan la consistencia en la aplicación, minimizando la variabilidad dependiente del operador.
Los dispositivos DHN ( Dermal Hydration Needling
) constituyen la última generación de tecnología para mesoterapia. Estos equipos utilizan microagujas de precisión combinadas con sistemas de presión controlada, permitiendo la administración homogénea de los principios activos. La ventaja principal de los sistemas DHN radica en su capacidad para regular automáticamente la profundidad de penetración según la resistencia tisular, adaptándose a las características específicas de cada área anatómica. Estudios clínicos recientes han demostrado que los dispositivos DHN proporcionan una distribución más uniforme de las sustancias mesoterápicas, resultando en una mayor eficacia terapéutica y un perfil de seguridad optimizado .
Profundidad de infiltración según zonas anatómicas
La profundidad óptima de infiltración varía considerablemente según la región anatómica tratada y el objetivo terapéutico. En áreas faciales, donde la piel es significativamente más delgada, se recomiendan infiltraciones superficiales de 1-2 mm, especialmente en regiones periorbitarias y frontales. Para el tratamiento del cuello y escote, la profundidad puede incrementarse ligeramente hasta 2-3 mm, considerando el menor grosor dérmico de estas zonas en comparación con otras áreas corporales.
En aplicaciones corporales, las profundidades de infiltración son sustancialmente mayores. Para el tratamiento de la celulitis en muslos y glúteos, se recomiendan infiltraciones de 4-6 mm, alcanzando el tejido subcutáneo donde se localizan las alteraciones características de esta condición. En el abordaje de adiposidades localizadas, particularmente en abdomen y flancos, pueden requerirse infiltraciones de hasta 8-10 mm para garantizar que los principios lipolíticos alcancen efectivamente el tejido adiposo subcutáneo. La correcta adaptación de la profundidad según la zona anatómica constituye un factor determinante en la eficacia y seguridad del procedimiento.
Calibración de agujas y cánulas: especificaciones técnicas
La selección apropiada del calibre y longitud de las agujas o cánulas representa un aspecto técnico crucial en la mesoterapia. El calibre, expresado en gauge (G), determina el diámetro del dispositivo, mientras que la longitud, medida en milímetros, define su alcance tisular. Para aplicaciones faciales, se recomiendan agujas de calibre fino (30-32G) con longitudes de 4-6 mm, minimizando el trauma tisular y las molestias asociadas al procedimiento.
En aplicaciones corporales, los calibres más comúnmente utilizados oscilan entre 27G y 30G, con longitudes que varían entre 6 y 13 mm según la profundidad requerida. Las cánulas flexibles, introducidas recientemente en protocolos de mesoterapia corporal, ofrecen ventajas significativas en términos de seguridad, permitiendo la infiltración en múltiples planos con mínimo trauma vascular. Para técnicas específicas como la infiltración de puntos gatillo en mesoterapia del dolor, se emplean agujas de mayor calibre (25G) con longitudes de 25-40 mm, permitiendo alcanzar estructuras musculares profundas. Las especificaciones técnicas de estos dispositivos deben seleccionarse meticulosamente según cada protocolo, considerando que la elección adecuada influye directamente en el perfil de eficacia y tolerabilidad del procedimiento.
Aplicaciones clínicas en tratamientos corporales
La mesoterapia corporal representa uno de los campos de aplicación más extensos y con mayor evidencia clínica acumulada. Su versatilidad permite abordar diversas afecciones estéticas, desde la adiposidad localizada y la celulitis hasta la flacidez cutánea y las estrías. Los protocolos corporales se diseñan específicamente según la condición a tratar, incorporando principios activos selectivos y técnicas de aplicación adaptadas a cada región anatómica. La evidencia científica actual respalda significativamente su eficacia, particularmente en el tratamiento de la celulitis, donde estudios controlados han demostrado mejorías objetivas en más del 80% de los casos tratados.
El protocolo estándar para el tratamiento de la adiposidad localizada combina agentes lipolíticos como la fosfatidilcolina, la L-carnitina y la cafeína, que actúan sinérgicamente para estimular la descomposición de triglicéridos almacenados en los adipocitos. Las mediciones antropométricas y los estudios ecográficos han documentado reducciones de 2-4 cm en el perímetro de áreas tratadas tras ciclos completos de mesoterapia, particularmente en regiones abdominales, trocantéreas y en flancos. Estos resultados son más pronunciados cuando se implementa un enfoque multimodal que combina la mesoterapia con otras estrategias como la modificación dietética y la actividad física regular.
Para el abordaje de la celulitis, condición que afecta aproximadamente al 85-90% de las mujeres post-puberales, los protocolos mesoterápicos incorporan componentes que actúan sobre los tres factores patogénicos principales: la alteración microcirculatoria, la hipertrofia adipocitaria y la fibrosis del tejido conectivo. Las formulaciones más efectivas incluyen extractos de Centella asiatica
, rutósidos, pentoxifilina y silicio orgánico, que mejoran el flujo sanguíneo, reducen la permeabilidad capilar y estimulan la síntesis de colágeno. Estudios clínicos con evaluación fotográfica estandarizada y análisis de la topografía cutánea mediante técnicas de proyección de franjas han evidenciado mejorías significativas en la textura y apariencia de la piel afectada por celulitis.
Mesoterapia facial: rejuvenecimiento y revitalización cutánea
La mesoterapia facial ha revolucionado el campo del rejuvenecimiento no quirúrgico, ofreciendo una alternativa eficaz para restaurar la vitalidad y luminosidad cutáneas. Los protocolos faciales se centran primordialmente en la bioestimulación, empleando combinaciones específicas de vitaminas, aminoácidos, minerales, ácido hialurónico de bajo peso molecular y factores de crecimiento. Estas sustancias actúan sinérgicamente para optimizar el metabolismo celular, estimular la producción de componentes estructurales dérmicos y mejorar la hidratación tisular. Los resultados se manifiestan en una mejora global de la calidad cutánea, con incremento de la luminosidad, reducción de líneas finas y optimización de la textura dérmica.
Los estudios histológicos han evidenciado que la mesoterapia facial induce cambios significativos a nivel dérmico, incluyendo un incremento en la densidad de fibras colágenas y elásticas, así como un aumento en la concentración de glucosaminoglicanos. Estos cambios estructurales se traducen clínicamente en una mejora de la elasticidad y firmeza cutáneas, mensurable mediante técnicas como la cutometría. Investigaciones recientes con microscopía confocal han demostrado, además, una optimización en la arquitectura de la unión dermoepidérmica tras ciclos completos de mesoterapia facial, contribuyendo al efecto rejuvenecedor global observado en los pacientes tratados.
La incorporación de biomoléculas avanzadas como péptidos señalizadores, factores de crecimiento derivados de plaquetas y extractos proteicos purificados ha ampliado considerablemente el espectro terapéutico de la mesoterapia facial. Estos componentes actúan a nivel celular mediante la activación de receptores específicos, desencadenando cascadas de señalización que modulan la expresión génica y la actividad metabólica de queratinocitos y fibroblastos. Las técnicas de administración para la mesoterapia facial han evolucionado hacia sistemas menos traumáticos, como la microinyección asistida por presión y los dispositivos de microagujas, que permiten una distribución homogénea de los principios activos con mínimas molestias para el paciente.
La mesoterapia facial representa un enfoque integral del envejecimiento cutáneo, actuando simultáneamente sobre múltiples signos: deshidratación, pérdida de luminosidad, flacidez y alteraciones pigmentarias.
Contraindicaciones, efectos secundarios y consideraciones de seguridad
A pesar de su perfil favorable de seguridad, la mesoterapia presenta contraindicaciones específicas y potenciales efectos adversos que deben ser considerados cuidadosamente. El conocimiento detallado de estos aspectos resulta fundamental para realizar una selección adecuada de pacientes y minimizar las complicaciones asociadas al procedimiento. La implementación de medidas preventivas, junto con un seguimiento apropiado post-tratamiento, constituyen elementos esenciales para garantizar la seguridad en la práctica clínica de la mesoterapia.
Entre las contraindicaciones absolutas destacan el embarazo y la lactancia, las enfermedades autoinmunes activas, las infecciones cutáneas en el área a tratar, las alergias conocidas a los componentes del cóctel mesoterápico y las alteraciones graves de la coagulación. Las contraindicaciones relativas incluyen el tratamiento con anticoagulantes, la diabetes mellitus no controlada, las tendencias a la formación de queloides y la presencia de implantes en la zona a tratar. La evaluación pretratamiento debe incluir una anamnesis exhaustiva y una exploración meticulosa, permitiendo identificar factores de riesgo potenciales antes de iniciar el procedimiento.
Reacciones adversas documentadas: equimosis, dolor e hipersensibilidad
Los efectos secundarios asociados a la mesoterapia pueden clasificarse según su gravedad y frecuencia. Entre las reacciones leves, que ocurren en aproximadamente el 15-20% de los procedimientos, destacan las equimosis localizadas, el dolor transitorio durante y después de la infiltración, y la hipersensibilidad cutánea temporal. Estos efectos generalmente se resuelven espontáneamente en 24-72 horas sin secuelas permanentes. El desarrollo de equimosis se relaciona directamente con la técnica de aplicación, siendo más frecuente con agujas de mayor calibre y en pacientes con fragilidad capilar aumentada o bajo tratamiento con antiagregantes plaquetarios.
El dolor durante la infiltración constituye la reacción adversa más frecuentemente reportada, variando significativamente según la zona tratada, la composición del cóctel mesoterápico y la técnica empleada. Estudios utilizando escalas validadas (VAS) han documentado niveles de dolor significativamente mayores en infiltraciones profundas de soluciones hipertónicas o con pH extremo. La incorporación de anestésicos locales como la procaína o lidocaína en concentraciones del 0,5-1% puede mitigar considerablemente esta reacción. Las reacciones de hipersensibilidad, desde eritema localizado hasta urticaria, se han documentado en aproximadamente el 5% de los casos, especialmente en pacientes con antecedentes alérgicos o atopia preexistente.
Contraindicaciones absolutas en pacientes con trastornos de coagulación
Los trastornos de la coagulación representan una contraindicación absoluta para la realización de procedimientos mesoterápicos debido al riesgo significativamente incrementado de complicaciones hemorrágicas. Estas contraindicaciones abarcan tanto alteraciones congénitas (hemofilia, enfermedad de von Willebrand, trombocitopenias hereditarias) como adquiridas (coagulopatías asociadas a insuficiencia hepática, trombocitopenias inmunes, coagulación intravascular diseminada). Los pacientes bajo tratamiento anticoagulante con antagonistas de la vitamina K o anticoagulantes orales directos presentan igualmente un riesgo elevado, requiriendo una evaluación individualizada y potencialmente la suspensión temporal del tratamiento, siempre bajo supervisión del especialista correspondiente.
La evaluación previa al procedimiento debe incluir la determinación de parámetros básicos de coagulación (tiempo de protrombina, tiempo de tromboplastina parcial activada, recuento plaquetario) en pacientes con sospecha de trastornos hemostáticos. En individuos bajo tratamiento antiagregante con ácido acetilsalicílico o clopidogrel, se recomienda la suspensión temporal del fármaco 7-10 días antes del procedimiento cuando sea médicamente viable. Los nuevos anticoagulantes orales directos representan un desafío particular debido a la ausencia de antagonistas específicos ampliamente disponibles, lo que subraya la importancia de una evaluación riesgo-beneficio rigurosa antes de realizar infiltraciones mesoterápicas en estos pacientes.
Protocolos de asepsia y esterilización según normativa sanitaria
La implementación de protocolos estrictos de asepsia y esterilización constituye un requisito fundamental para la práctica segura de la mesoterapia. Las normativas sanitarias internacionales establecen directrices específicas que deben cumplirse rigurosamente para prevenir complicaciones infecciosas. El cumplimiento de estas normativas abarca la preparación del área de trabajo, la manipulación de materiales y dispositivos, y las técnicas de aplicación durante el procedimiento. La formación específica del personal sanitario en estos protocolos resulta esencial para garantizar su correcta implementación.
La preparación cutánea previa a la infiltración debe realizarse mediante una secuencia estandarizada que incluye la limpieza con soluciones jabonosas, seguida de la aplicación de antisépticos de amplio espectro como clorhexidina alcohólica al 2% o povidona yodada. La antisepsia debe extenderse más allá del área inmediata de infiltración, con un tiempo de contacto mínimo según las especificaciones del antiséptico utilizado. El personal que realiza el procedimiento debe cumplir con las precauciones estándar, incluyendo higiene de manos según protocolo de la OMS, uso de guantes estériles, mascarilla quirúrgica y, en procedimientos extensos, bata desechable.
Los materiales empleados, incluyendo agujas, jeringas y dispositivos de infiltración, deben ser estériles y de un solo uso, garantizando la trazabilidad completa
mediante sistemas de registro que documenten lotes y fechas de caducidad. La manipulación y preparación de los cócteles mesoterápicos debe realizarse en condiciones de asepsia, preferentemente en cabinas de flujo laminar para preparaciones magistrales. La implementación sistemática de estas medidas ha demostrado reducir significativamente la incidencia de complicaciones infecciosas asociadas a la mesoterapia, particularmente las infecciones por micobacterias atípicas, que constituyeron una complicación relevante en la práctica no regulada.
Manejo de complicaciones post-tratamiento
A pesar de las medidas preventivas implementadas, pueden surgir complicaciones posteriores a los procedimientos mesoterápicos que requieren un abordaje terapéutico específico. Estas complicaciones varían en gravedad, desde reacciones locales leves hasta efectos adversos sistémicos potencialmente graves. El reconocimiento temprano de los signos y síntomas característicos, junto con la instauración inmediata del tratamiento apropiado, resultan determinantes para minimizar las secuelas a largo plazo. Los protocolos de seguimiento post-procedimiento deben incluir la instrucción detallada del paciente sobre los signos de alarma que requieren evaluación médica inmediata.
Las complicaciones más frecuentemente reportadas incluyen las reacciones inflamatorias prolongadas, caracterizadas por eritema, edema y dolor persistentes más allá de 72 horas post-procedimiento. Estas reacciones generalmente responden favorablemente a la aplicación de compresas frías y antiinflamatorios tópicos como diclofenaco al 1%. En casos de mayor intensidad, pueden requerirse ciclos cortos de corticosteroides tópicos de potencia media-alta. Las reacciones nodulares granulomatosas, vinculadas principalmente a la administración de silicio orgánico o complejos vitamínicos, pueden persistir durante semanas o meses, requiriendo en ocasiones la infiltración intralesional de triamcinolona (10-40 mg/ml) para su resolución.
Las complicaciones infecciosas, aunque infrecuentes con la implementación de protocolos adecuados de asepsia, constituyen eventos de particular relevancia clínica. Las infecciones bacterianas agudas se manifiestan típicamente 2-5 días post-procedimiento con signos inflamatorios prominentes y pueden requerir antibioticoterapia sistémica de amplio espectro. Las infecciones por micobacterias atípicas representan un desafío diagnóstico y terapéutico particular, manifestándose como nódulos eritematosos indoloros semanas o meses después del procedimiento. Estas infecciones requieren cultivos específicos y regímenes antibióticos prolongados con combinaciones de macrólidos, quinolonas y aminoglucósidos según antibiograma. La documentación detallada de todas las complicaciones y su manejo resulta fundamental para optimizar los protocolos preventivos y terapéuticos.